Muchas veces en la vida, uno se siente bastante decepcionado con el amor. Este primer poema lo escribí hace tan solo algunas semanas tras varias semanas de decepciones.
¡Hoy estoy
hasta los mismísimos cojones!
Harto de
enterrar mi rostro entre mis manos.
Cansado de
naufragar en los océanos
Revueltos de
la temible soledad
Como el más
solitario de los ancianos.
¡Hoy estoy
hasta los mismísimos cojones!
Su voz suena
en mis tímpanos a triste silencio
Más aun me
quema y hiere de muerte saber...
Que los
colores de su seductora mirada
El cruel
destino me ha prohibido conocer.
¡Hoy estoy
hasta los mismísimos cojones!
Harto de ser
un inquilino desahuciado
De labios
traicioneros que intento habitar.
Exhausto de
escribir mil versos sin sentido
Que un alma
como la mía pueda consolar.
¡Hoy estoy
hasta los mismísimos cojones!
Pues el amor
debería ser un derecho,
No lo que veo,
un dichoso privilegio
El amor
debería ser alcanzable para todos
Y no una
balada de tristes arpegios…
No hay comentarios:
Publicar un comentario