domingo, 21 de septiembre de 2014

Muchas veces en la vida, uno se siente bastante decepcionado con el amor. Este primer poema lo escribí hace tan solo algunas semanas tras varias semanas de decepciones.

¡Hoy estoy hasta los mismísimos cojones!
Harto de enterrar mi rostro entre mis manos.
Cansado de naufragar en los océanos
Revueltos de la temible soledad
Como el más solitario de los ancianos.

¡Hoy estoy hasta los mismísimos cojones!
Su voz suena en mis tímpanos a triste silencio
Más aun me quema y hiere de muerte saber...
Que los colores de su seductora mirada
El cruel destino me ha prohibido conocer.

¡Hoy estoy hasta los mismísimos cojones!
Harto de ser un inquilino desahuciado
De labios traicioneros que intento habitar.
Exhausto de escribir mil versos sin sentido
Que un alma como la mía pueda consolar.

¡Hoy estoy hasta los mismísimos cojones!
Pues el amor debería ser un derecho,
No lo que veo, un dichoso privilegio
El amor debería ser alcanzable para todos
Y no una balada de tristes arpegios…

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