Este poema es muy especial para mí. Es el final de algo que durante varias semanas me ha hecho feliz y en él he cargado todo mi dolor...
Y aquí estoy, cual príncipe
observando aquel zapato de plata.
Un zapato que olvidó mi cenicienta.
Un zapato que hoy me aniquila y me mata.
Y aquí estoy permitiendo
que su perfume aun me hiera.
Consintiendo sus actos
que mi sangre hielan.
Y aquí estoy evocando los rayos
de una luda desnuda
proyectándose sobre
nuestras sabanas perladas a la una.
Y aquí estoy reviviendo nuestros bailes
en el templo del padre del olimpo
Recordando como discretas
estrellas fugaces
velaban por nuestras noches
de pasion y nuestro cariño.
Y aquí estoy con un torrente
de lágrimas sobre mis manos
sujetando mi cuerpo derruido
y aqui estoy...
Observando tus abstractos retratos
de aquel día de Octubre
que vestías de esmeralda
sobre un vestido de color fúnebre
Y aquí estoy, recordando
cada uno de tus tiernos abrazos.
Reconstruyendo la estructura
de tu pelo rizado
Sintetizando el sabor de tus labios
con el corazón segmentado en mil pedazos.